En la segunda mitad del pasado siglo irrumpe la logística como una disciplina con nuevos horizontes para la mejora de la gestión en las empresas.
El proceso de globalización permite, mediante la multilocalización, que parte de los procesos productivos se desarrollen en diferentes países, lo que genera un incremento de los flujos de comercio y de necesidades logísticas. Surge una demanda de nuevos servicios logísticos y su consecuente oferta: son los operadores logísticos (3PL’s o Third Party Logistics Providers), los encargados de atender esta demanda.
La externalización de los servicios es una decisión cada vez más común en la gestión empresarial. Esta opción busca convertir costes fijos en variables, proteger a la empresa de los altibajos del ciclo económico y beneficiarse de las economías de escala que genera el prestatario del servicio por su mayor dimensión y especialización.